“A Florentino no
lo veremos nunca pasear por La Rambla. No recuerdo ninguna historieta que haya
transcurrido aquí. Entre otras cosas, y eso es algo que también hay que tener
en cuenta, porque él vive en Madrid”. Habla Joaquim Aubert, alias ‘Kim’, uno de
los ilustradores y humoristas gráficos más virtuoso y genuino (el cronista
añadiría que el más lúcido) de todos cuantos ha dado la brillante escuela
barcelonesa del cómic. Kim acaba de publicar, gozoso, una novela gràfica,
‘Nieve el los bolsillos’, donde narra
vivencias pasadas, años ha, en Alemania. Y Florentino, como él mismo lo
llama, no es otro que Martínez ‘El Facha’, ese personaje indescriptible, amado
y odiado a la par, que empezó a aparecer en ‘El Jueves en el año de gracia de
1977 y ahí sigue, cuarenta años después (tras pasar un pequeño ‘exilio’ en
Venezuela), fresco y lozano como el primer día, con una salud de hierro. “Sí,
Florentino Martínez Martínez está bien. Los personajes de cómic nunca enferman,
aunque alguna vez reconozco que yo había pensado dejarlo postrado en la cama,
una temporada, que tuviera algún
problemilla. También llegué a pensar, incluso, en matarlo, pero
(afortunadamente, el paréntesis y dicho
adverbio son del cronista) al final, lo pensé mejor, y no lo hice”.
Con quien sí
podemos quedar en La Rambla, y conversar, y deleitarnos con su visión de la
vida, es con Kim. En esos bancos unipersonales al pie de la Fuente de Canaletas
(de la que, por cierto, en esos momentos no saía agua), incomodos como ellos
solos, hechos más bien para reflexionar que para descansar, o eso diría el
cronista. “Tengo una vecina –Kim vive en pleno Eixample barcelónes—que lee
mucho y que dice que mi nuevo libro le ha gustado mucho”.
‘Nieve en los
bolsillos’, de quien Aubert es el dibujante, pero también el guionista (otra
obra de gran éxito del autor ha sido ‘El arte de volar’, aunque en aquella
ocasión el guión lo firmara Antonio Altarriba), no solo ha gustado a la vecina
de Kim. En el pasado Salón Internacional del Cómic de Barcelona y en la pasada
Feria del Libro del Madrid, por solo citar dos ejemplos, se pasó todo el tiempo
firmando ejemplares de la novela.
“¿Lucidez? Como
todo el mundo –responde el padre de ‘El Facha’, cuando se le pregunta, con
admiración, cual es el secreto de esa lucidez suya, excepcional, referida al
principio de esta crónica--. Son muchas
horas de estar solo, supongo, y de hacer funcionar la cabeza. ¡Algo tenemos que
hacer!”, bromea. “Yo me lo paso muy bien haciendo estas cosas”. ¡Y lo bien que
nos lo pasamos tus lectores, querido amigo Kim!, te aseguro que eso tampoco
tiene precio.
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