Verkerke, al rico póster de la iconografía popular


Si  se trata de llamar la atención (y buena parte de estas crónicas obedecen a eso, a la satisfacción de una curiosidad), la imagen en el recuerdo del científico más popular del siglo XX sacando la lengua y con el lema “Tenía los cabellos largos”, adquirida en sus años mozos  por el cronista en el ‘reino del póster’,  Verkerke (calle del Cardenal Casallas, número 10, paso al pie de La Rambla), tiene el don de la oportunidad. 

Fundado en el año de gracia de 1985 por Jan Fresse y Tomás Gómez, la imagen de este establecimiento, Verkerke Pósters, se erige por sí misma en el mayor de los iconos de la Ciudad de los Prodigios. Si alguien en este mundo (el urbano, evidentemente), necesitó (o aún necesita, aunque menos) un póster en su vida, está ahí. “El póster es un invento de los años 70 y consiste en contar historias. El póster es el movimiento hippie, es el porro, es el Che Guevara, es la pareja y es la puesta de sol. Es un icono sociológico (que no hay que confundir con los afiches, que reproducen obras de arte) que comunica lo que está pasando”, explica Tomás Gómez, artista y empresario “a su pesar” como él mismo, asimismo, expone.

La mayor concentración de imágenes impresas sobre papel, indudablemente, reside, pues, en esta parte del globo. Hubo un tiempo, en que desde este establecimiento se distribuía posters a clientes de todo el mundo.  Internet, cómo no, devoró drásticamente ese mercado. Después, también, sin duda alguna, los cambios sociales, los culturales y los económicos (además de los citados de pasada, los tecnológicos), han hecho el resto como para que tanto Gómez como Fresse perciban un horizonte muy oscuro en el devenir del futuro más inmediato del póster. “Fuimos una especia de acaparadores, cogimos la idea y nos convertimos en los reyes del póster. Mientras, la media cultural ha bajado tanto, no solo nosotros, los libros, los discos, que junto al fenómeno cibernáutico estamos condenados a desaparecer en unos dos o tres años”.

Mientras, la imagen de unos mininos haciendo yoga sigue haciendo estragos entre la clientela. No obstante, la actualidad (recuérdese, “iconos de lo que está pasando”, Gómez dixit)  ha agigantado las temáticas. Reproducciones de imágenes de las series de televisión, de los video-juegos e, incluso del manga, se enfrentan ahora a las de siempre de la música, del cine o del mimísimo arte plástico, a la hora de competir como referentes sociales. Mona Lisa, con un ‘peta’ entre los labios, se lo mira y sonríe, irónica, muy irónicamente



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