El Camino de Santiago pasa por La Rambla


El cronista estaba aletargado…

En lo que va de año, más de mil barceloneses han obtenido su ‘Credencial del Peregrino’, que otorga la Catedral de Santiago de Compostela,  en el Centro Galego de Barcelona (“uno de los primeros centros de la diáspora gallega en el mundo”, explica su presidente, Carlos Mandianes), ubicado, precisamente, en el Piso Principal del número 35 de la Rambla dels Caputxins.  Y es de la mano del presidente de quien el cronista recibe su credencial, ante la presencia de una talla del apóstol, apodado ‘El Mayor’ (si todo va bien, que irá, hoy 8 de octubre, quien escribe estas líneas se encuentra en Roncesvalles, punto de partida del viaje). Divulgar, pues, la iniciativa de que el Camino de Santiago ya pasa por La Rambla de Barcelona (aparte de la experiencia personal que pueda suponer para el viajero ir obteniendo los sellos para la credencial, durante el periplo de un mes, en el Camino Francés), bien merece una crónica y lo que haga falta.

El Centro Gallego de Barcelona fue fundado en el año 1892. En la actualidad, goza de una vitalidad en alza: Un nuevo restaurante especializado en cocina gallega y una Oficina de Turismo (“un punto oficial”, bajo los auspicios de la Xunta) son las puntas de lanza de una entidad que no quiere perder comba a la hora de proyectar la cultura de Galicia en su ciudad de acogida, desde un punto neurálgico (La Rambla), y con vocación de proyección, cada día renovada. “El Camino de Santiago supone el ochenta por ciento del turismo que genera Galicia, y nosotros queremos potenciarlo, también, desde aquí. Porque no sólo se trata un camino físico en sí mismo, se trata también de un camino de reflexión, de solidaridad y de paz”.  Son palabras recogidas de Mandianes, pues el cronista, aunque la cita sea para conseguir la documentación de primera mano,  lleva su ‘deformación’ profesional corriéndole por las venas.    

Y ahí va, convertido en peregrino…

El deseo era escribir y ‘vivir’ este pequeño texto a principios del mes de agosto, pero, evidentemente, no pudo ser. Por cuestiones que no vienen al caso, acaso porque el caso es anímico y como para cuestionárselo (como se ha dicho de inmediato, o sea, al principio), el cronista no ha podido solo no entrar en este blog sino tampoco ocuparse de irlo llenando con sus vivencias (entre medio, también, un periodo vacacional, que es lo suyo) y sus contactos de actualidad cotidiana y sus cuitas personales e informativas.  Lo pasado, pasado queda y pasado está. El Camino de Santiago que inicia hoy (la anterior y última crónica, hasta ésta, llevó por título “La Avenida de la Paz”, refiriéndose a La Rambla, y no debe de verse como mera coincidencia, en absoluto) se ha postergado, pues, un par de meses. La próxima cita con los lectores, será, lógicamente, para después de haber andado el Camino de la Paz (retomando la expresión del presidente del Centro Galego de Barcelona, Carlos Mandianes), o sea, llegado hasta Santiago de Compostela y regresado a Barcelona. Hasta entonces, un abrazo fraternal, amigos. ¡Para todas y para todos!



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